A menudo solo hablamos de Saturno y vinculamos las siguientes palabras clave con rigidez, limitación, restricción, depresión, etc. Si bien estas palabras tienen peso, estas palabras son síntomas de no honrar a nuestro Saturno adecuadamente. Saturno juega el papel de guía en nuestras vidas. Saturno da la capacidad de crear un sistema, pero ¿cómo llegamos allí? Por lo general, comienza con la sensación de que no estamos viviendo auténticamente. A menudo nos encontramos buscando fuentes externas para llenar nuestra soledad, etc. De lo que no nos damos cuenta es que estamos cediendo nuestra autoridad interna al buscar fuera de nosotros mismos para llenar estos vacíos. Cuando no honremos a nuestro Saturno interior, Saturno se estirará hacia arriba y nos empujará hacia abajo. Saturno dice que la cura para la soledad es la soledad. Entonces nos encontramos con lo que se siente como un tirón de alfombra, dándonos cuenta de que no estamos viviendo una vida basada en nuestra autoridad. Ahí empezamos a preguntar ¿dónde has sido obediente por miedo? ¿Vivir dentro de los límites que otros te han puesto? La soledad es uno de los sacramentos de Saturno. En soledad, construimos una base indestructible. Lo que pasa con la soledad es que te obliga a hablar contigo mismo para estar en sintonía con tus necesidades, para saber quién eres, entonces empiezas a preguntarte "¿qué me gusta?" "¿a qué hora debo despertarme?" "¿Qué debería hacer hoy?" así que aquí es donde empezamos a encontrar nuestro ritmo. Nuestra autoridad interna comienza a regresar y Saturno dice que es hora de hacer un trabajo significativo ahora al convertir nuestras cargas en una fuente de alegría.
Esta es una de las razones por las que Saturno se regocija en la casa 12, desde allí trascendemos nuestras limitaciones y volvemos a encontrar sentido a nuestro mundo.
Ahí es donde comienza el verdadero trabajo...